Un dolor de cabeza es consecuencia de muchos factores, la vida cotidiana, el stress, la tensión que acumulamos pueden ser causas posibles de esta dolencia. También puede provenir de malas posturas, o porque hayamos forzado la vista. A veces podemos solucionar esto con calmantes, como también con alguna actividad que nos relaje o un tipo de ejercicio.
De todas formas, antes de hacer algo, es conveniente consultar a un profesional que nos indique el posible origen del dolor y proponga los pasos a seguir. Un ejercicio como los que se practica en Pilates, puede ser una alternativa para mejorar nuestro estado general, si la causa de la cefalea es ocasional y se da por la acumulación de tensiones. Es decir que hacer ejercicios en forma moderada, que fortalezcan y estiren el cuello y la espalda pueden prevenir el dolor de cabeza. A continuación, describimos tres de ellos.
Estirar los brazos sería un primer ejercicio a realizar para aliviar la tensión de los hombros y del cuello, causantes del dolor de cabeza. Se realiza elevando los dos brazos hacia arriba, juntando las palmas de las manos y luego se inclina el torso hacia uno y otro lado, manteniendo la posición unos 10 segundos en cada lado, mientras se inhala y exhala profundamente. Este tipo de ejercicios mejoran la elasticidad de todo el tronco superior y evitan el entumecimiento y la rigidez.
Otro de los ejercicios que se recomienda para aliviar las tensiones que se acumulan tras horas sentados en una misma posición, es el estiramiento de cuello. Para hacerlo correctamente, se debe empezar con la cabeza mirando hacia delante y la coronilla apuntando al techo, sin doblar el cuello. Luego, acompañar la cabeza con la mano izquierda de manera que logres tocar el hombro izquierdo sin que el hombro derecho se levante. Con unas cinco repeticiones por cada lado, ayudará a prevenir las contracturas y aliviará la rigidez, causante de las cefaleas.
Una última postura recomendada de Pilates es la de cuadrupedia, o sea, con las manos y las rodillas apoyadas en el piso y la espalda recta. En este ejercicio se trabajan los músculos abdominales. Para ello, se levanta el ombligo para sostener la columna y se debe mover la espalda hacia el techo mientras se contrae los abdominales y redondea la espalda, como un gato. Debe mantenerse la postura unos cinco segundos y luego invertirla levantando la cabeza, bajando el ombligo y extendiendo la columna en la postura de la vaca.