El agua compone el cuerpo humano en aproximadamente el 60 %, y por lo tanto, mantener un adecuado equilibrio hídrico es esencial para el funcionamiento óptimo del organismo. La falta de ingesta de líquidos puede tener efectos negativos, desde la pérdida de energía hasta la sequedad de la piel. Con el tiempo, la deshidratación crónica puede llevar a problemas de salud más serios, poniendo en riesgo la función vital del cuerpo.
Las consecuencias de la falta de consumo de agua a largo plazo pueden ser graves, y uno de los principales riesgos es la deshidratación crónica, que puede desencadenar una serie de problemas de salud. A pesar de que se nos ha repetido la importancia de beber suficiente agua para mantener el funcionamiento adecuado del cuerpo, es fundamental comprender que las consecuencias de no hacerlo pueden ser variadas e incluso peligrosas.
¿Cuáles son las principales enfermedades que genera no beber agua?
Piel seca y sin elasticidad:
La piel seca y sin elasticidad es una señal clara de que el organismo necesita agua, es decir, es un indicador de que el cuerpo está sufriendo deshidratación.
Estreñimiento:
Si un individuo toma el número de vasos de agua necesario al día, su organismo le permitirá realizar una evacuación intestinal al menos tres veces por semana y no sufrirá de estreñimiento.
Calambres, fatiga y confusión:
Uno de los síntomas que indica que nos falta agua es el cansancio, igualmente sentir que nos flojean los músculos o si sufrimos calambres. Cuando el cuerpo humano no tiene la cantidad de líquido necesario, las células desaceleran sus actividades y generan menos energía.
Migraña:
Al faltar agua los vasos sanguíneos se dilatan, lo que produce intensos dolores de cabeza o migraña.
Hipertensión:
Como hemos mencionado, el cuerpo humano al no tener suficiente agua reduce el volumen de sangre de los vasos sanguíneos, lo que compromete el correcto funcionamiento de los órganos vitales. El organismo comienza a liberar una hormona conocida como histamina que provoca que las venas se contraigan y, por consiguiente, se eleve la presión arterial.
Problemas renales:
El consumo de agua suficiente ayuda a la estimulación y buen funcionamiento de los riñones, que trabajan para limpiar toxinas, la urea y las sales del cuerpo humano. De lo contrario, pueden aparecer enfermedades como los cálculos renales.