En México, el mes de septiembre siempre trae consigo una mezcla de ansiedad y preocupación debido a su histórico registro de actividad sísmica. Esta sensación se debe a que cinco de los terremotos más devastadores han ocurrido en este mes, teniendo consigo una magnitud mayor o igual a 7. Sin embargo, se conoció hace poco un informe que coloca a México dentro de los 10 países con mayor actividad sísmica en el 2023.
Los dos primeros terremotos que ocurrieron en México fueron capaces de devastar las costas de Guerrero y Michoacán el 19 y 20 de septiembre de 1985, con magnitudes de 8.1 y 7.6, respectivamente. Luego, en 2017, ocurrieron dos terremotos significativos el 7 y, nuevamente, el 19 de septiembre en el centro del país y el golfo de Tehuantepec, con magnitudes de 8.2 y 7.1. El último, fue el pasado 7 septiembre de 2021, un temblor de magnitud 7.1 sacudió nuevamente las costas de Guerrero.
Aunque popularmente se cree que septiembre es el mes con más actividad sísmica debido a estos eventos, sorprendentemente, según el mismo informe, junio y abril son los meses más propensos a experimentar temblores, seguidos de diciembre, septiembre, agosto y enero.
Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos y el Centro Sismológico Europeo-Mediterráneo, se ha realizado una medición de los 10 países más afectados por terremotos de magnitud 4 o superior en 2023. En la cima de esta lista se encuentra Indonesia, que ha experimentado 1,591 sismos de estas magnitudes en un radio de 300 kilómetros, siendo el más notable de magnitud 7.1.
Justo detrás de Indonesia, en la posición número 2, se encuentra México, con un total de 1,289 movimientos sísmicos registrados en 2023. El orden de los países sería: Indonesia primero, luego, en segundo lugar, México, Turquía en tercer lugar, Siria en cuarto, Chile ocupa el quinto puesto, Japón sigue con el sexto lugar, Guatemala con el séptimo, octavo Papúa Nueva Guinea, noveno Filipinas, y en el puesto diez se encuentra Perú. Esta clasificación resalta la importancia de estar preparados y tomar medidas de seguridad adecuadas en regiones propensas a la actividad sísmica como México.