Rufino Tamayo, uno de los pintores más importantes de la historia de México, murió un día como hoy -24 de junio- en 1991. El artista tuvo una vida súper particular, fue autodidacta y adoraba feestejar su cumpleaños el 26 de agosto pese a que nació en Oaxaca el 25 de agosto de 1899.
Rufino del Carmen Arellanes Tamayo fue abandonado por su padre a los 11 años, lo que lo llevó a quitar ese apellido de su identidad. Un año más tarde se mudó a la Ciudad de México y en 1915 se matriculó en la Academia de Bellas Artes, pero abandonó sus estudios en 1921 y se hizo autodidacta. El catálogo de su obra incluye más de mil 300 pinturas, pero estas son sus cinco más importantes.
"Carnaval" (1936), gouache sobre papel; 35 x 47.5cm
Esta fue una de las primeras pinturas de Tamayo, La protagonista es la festividad de la mascarada, el jolgorio, la música y la aventura de la carne. La técnica utiliza tonos blancos, azules y castaños que dan una sensación de movilidad.
"Trovador" (1945), óleo sobre lienzo; 153 x 127cm
Tamayo retrató a un músico cantando con su guitarra siendo observado por dos mujeres desde atrás. Los colores vivos interceptados por figuras simétricas tienen un predominio de tonos amarillos, azules, rojos y blancos. Está valuado en 7 millones 200 mil dólares.
"Retrato de Olga" (1964), óleo sobre tela; 210 x 135cm
Tamayo se casó en 1934 con Olga Flores Rivas, ella fue clave para apoyar su carrera artística y se encargó de los negocios. Este retrato fue creado en el trigésimo aniversario del matrimonio y se destaca por sus colores radiantes y el paisaje urbanos. Tiene algunos detalles que podrían enmarcarse en el estilo cubista, mas también incluye algunos guiños a las culturas precolombinas.
"La Gran Galaxia" (1978), óleo sobre tela; 95.8 x 129cm
Una de las principales obsesiones de Tamayo dice presente en esta obra. Él buscaba entretejer las grafías precolombinas con los principaples movimientos artistas de la primera mitad del siglo pasado, el cubismo y el surrealismo, principalmente. El azul intenso paraliza al personaje que mira la dimensión galáctica. Según el artista, esta obra es parte de un “realismo no descriptivo”.
"Dos personajes atacados por perros" (1983), mixografía en papel amate; 154 x 245cm
La búsqueda del sentido del hombre en el universo junto con los problemas sociales dicen presente en esta obra de arte. Las huellas del surrealismo y el expresionismo abstracto se notan en esta obra. A pesar de que hay una abstracción de las formas humanas y animales, está basada en formas arquitectónicas y geométricas.
Tamayo pintó dos animales que funcionaron como una alegoría de la guerra y el desastre; dos figuras, un hombre y una mujer como símbolo de la humanidad, son acosadas por dos perros rabiosos; la humanidad perseguida por su crueldad, desasosiego y perversidad. Es parte del “humanismo perdido” del autor.