Para salir del paso, cuando sentimos que nos estamos enfermando, solemos tratarnos sin acudir al médico. Esto hace, además, que busquemos en las farmacia algún medicamento que nos ayude a recuperarnos y una vez que nos sentimos mejor nos queda guardado en algún lugar de la casa o en el cajón de la mesita de luz.
Cuando acudimos a una consulta, y nos recetan alguna píldora, también quedan dando vueltas y cuando nos vuelve a pasar buscamos esos medicamentos que quizás ya caducaron. Ante esto, la académica de la Facultad de Química de la UNAM, Bárbara Alejandra Lerate Rosales, habló al respecto.
Señaló que una forma eficiente de saber cuándo un medicamento ha pasado su caducidad, es buscar la fecha que sugiere la empresa farmacéutica en cada envase y blíster (estuche de pastillas), por lo que si el mes indicado corresponde con la fecha en curso es mejor desecharlo en los módulos que SINGREM instaló en tiendas comerciales.
"Es reconocible fácilmente si presenta algún polvo en su interior; en el caso de los jarabes, si no tienen el color original, presentan algunos hongos o residuos pegados, es indicador de que bacterias nocivas los colonizaron", expresó.
Lerate Rosales destacó que el menor de los problemas por consumirlos es que no tengan efecto; en el peor de los casos que generen fuertes intoxicaciones que lleven a las personas al hospital. Actualmente, agregó, es posible saber dónde hay alguno de los cuatro mil 600 contenedores especializados para estos residuos, por lo que sugirió revisar el sitio singrem.org.