La economía familiar es uno de los elementos más importantes para poder llevar una vida apacible y sin dudas que enero es uno de los meses más complicados debido a que a los gastos normales se suman las cenas de fin de año y las facturas de regalos por Navidad.
Aproximadamente el 33% de los hogares llegan con lo justo a fin de mes, el 13% apuesta a sus ahorros y el 7% debe solicitar un crédito, según los datos del CIS. Además, si se tiene en cuenta que la inflación está golpeando fuerte a nuestro país es difícil no pensar en un recorte o una reorganización económica.
La planificación de la economía es indispensable en un hogar, hay que tener claros los ingresos y los gastos para saber qué se puede recortar. Una vez que se tiene el dinero que ingresa hay que pensar en el escenario más pesimista posible e intentar tenerlo cubierto. Hay que saber si se puede afrontar un aumento en la hipoteca o en el alquiler. El gasto principal es la vivienda y no puede ser mayor al 30%.
Luego, hay que revisar todo lo contratado en nuestra economía. Desde los servicios hogareños como la luz, el gas, internet y el teléfono hasta la cuenta del banco, las comisiones, los seguros, las suscripciones a las plataformas que no se utilizan. En ese contexto, debería aparecer un margen de ahorro.
Según Elisabet Ruiz-Dotras, una profesora de Economía y Empresa de la Universidad abierta de Cataluña (UOC, según las siglas en catalán), como máximo el 55% de los ingresos se deben destinar a vivienda y alimentación. El 10% debe dirigirse a ocio y el 10% a imprevistos. Luego, entre el 5 y el 10% debe ser orientado a formación y donaciones; mientras que entre el 20 y 25% restante debe estar dirigido al ahorro, aunque las cifras varían dependiendo de cada hogar y de sus finanzas.