Con el equinoccio de otoño, llega el final del verano y el calor deja paso al frío mientras se espera la llegada del invierno. En varios lugares del hemisferio norte, lo celebran con distintos rituales que le dan sentido a esta época del año.
El equinoccio de otoño se produce cuando el sol se sitúa en el plano del ecuador terrestre de tal modo que el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares de la Tierra. Los rituales que se realizan en esta fecha se interpretan como expresiones de un fin de ciclo.
Mabon
En la cultura celta la llegada del equinoccio se celebra con la festividad conocida como Haleg-Monta. Esta festividad se popularizó con el nombre de Mabon. El ritual consiste en dar las gracias por los frutos que han surgido de la tierra y se recuerda la importancia de compartirlos .
La serpiente emplumada de Chichén Itzá
Ya que el día y la noche tienen la misma duración en el equinoccio, se genera un fenómeno en la famosa pirámide maya de Kukulcán, en Chichén Itzá (México). La luz y las sombras del lugar se proyectan de una forma en las escaleras del templo que crean un efecto óptico. Por eso, el ritual que se vive allí consiste en la ilusión de ver que una enorme serpiente emplumada desciende por las escaleras.
Ohigan
Los equinoccios en japón marcan un periodo llamado Ohigan u O-Higan. Como ritual, muchas personas honran a sus antepasados. Según la creencia budista del país nipón, la otra vida está al oeste. Por ese motivo, durante los días cercanos a los equinoccios, muchos japoneses visitan las tumbas de sus familiares y seres queridos.