Como cada 3 de agosto se celebra el Dia Internacional de la Sandía, una sabrosa fruta nativa del Antiguo Egipto hace más de 5,000 años a lo largo del Valle del Nilo. Los arqueólogos incluso encontraron semillas de sandía en la tumba del rey Tutankamón. Se han encontrado pinturas de sandía en algunas inscripciones egipcias. El melón dulce que disfrutamos hoy ha cambiado significativamente en los últimos 1000 años debido a mutaciones genéticas. Los orígenes de los ancestros de la sandía son de África, donde la fruta comenzó a expandirse a lugares como Europa y el Mediterráneo.
A lo largo y ancho de nuestro continente existen más de 300 variaciones de sandía que vienen en diferentes formas y tamaños. Los colores de sandía más comunes en el exterior suelen ser verde oscuro con rayas amarillas. Aunque también existen otras variaciones que pueden ser rojas o blancas por dentro.
Contrariamente a la creencia popular, todas las partes de la sandía, incluida la cáscara, se pueden digerir. También están llenos de numerosos nutrientes saludables y deliciosos que logra que celebremos con mucha euforia su Dia Mundial.
Para elegir la correcta y saborearnos, debemos asegurarnos que posea un tono oscuro, pero sin brillar y sin golpes ni rugosidades. El interior debe ser rojo, ya que si es blanquecino le falta tiempo de maduración. Además, tiene que ser pesada ya que eso significará que tiene abundante agua y está jugosa. Por último, debemos asegurarnos que tenga una mancha amarillenta en uno de los lados, que es la marca dónde se apoyó en la tierra. Cuánto más oscura sea la mancha mejor, ya que significará que ha madurado más.
Las sandías tienen grandes beneficios como reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer gracias a los antioxidantes licopeno. Y como la mayoría de la gente sabe, las sandías contienen un 92 % de agua, lo que las convierte en un tratamiento hidratante perfecto.