Las papas fritas se destacan por lo general porque son una de las comidas favoritas de la mayoría de las personas. Elegidas por muchas estrellas de cine o cantantes famosos, pese a sus dietas estrictas, en más de una oportunidad sucumben ante la delicia de esta sencilla pero deliciosa receta que solo requiere papas.
Según el chef Albert Verdeyen, coautor del libro 'Carrément Frites', el origen de las papas fritas es belga y la verdadera denominación de esta simple preparación es papas francófonas, y nacen gracias a la afición de los habitantes de la localidad de Namur, en Bégica, por el pescado frito.
En 1960 el río Mosa se congeló y la gente, cuya dieta era el pescado, buscó una solución a la falta de peces y terminaron friendo papas. No obstante, el historiador culinario Pierre Leclercq, afirmó: “en el siglo XVIII, la grasa era un lujo para las personas de recursos limitados”.
Por supuesto que esta explicación lleva a relacionar al origen de las papas fritas a Francia en vez de Bélgica, una de las polémicas más históricas de la humanidad. En todo caso, la verdad es que este plato es replicado en todo el mundo, pero en ningún sitio hay una receta como la que te contaremos en las siguientes líneas.
Lo único que necesitas para tener unas papas fritas crujientes es cuatro papas grandes y harás una receta para tres personas. Lo primero que debes hacer es poner a hervir una olla abundante agua, cuando rompa el hervor coloca las papas cortadas en bastones medianos y deja hervir por 6 minutos.
Luego de ello cuelas, agregas agua fría para cortar la cocción y sumerge durante cinco minutos en agua con hielo para terminar de remover el almidón. Sécalas con un paño y reserva mientras calienta el aceite. Cuando el aceite esté bien caliente, humeante de hecho, agrega porciones de bastones de papas, fríe por 5 minutos, saca y escurre en un papel absorbente. Fríe nuevamente antes de servir por 5 minutos y así lograrás tener las papas fritas más crujientes que hayas podido probar.