Las papas fritas, una parte indispensable de la gastronomía de todo el mundo, tienen su día internacional y se conmemora en esta jornada. A pesar de que el autor de esta maravilla culinaria se desconoce, el motivo de la iniciativa se basa en que es uno de los acompañamientos favoritos de muchos platos.
A pesar de que no existe un consenso mundia sobre el origen de la papas fritas y las circunstancias de su invención, varios especialistas de la cocina coinciden en que la autoría de la receta es europea. Sin embargo, datos como el lugar y el momento de la primera vez que alguien hizo freir unas papas, cambia según quién cuente la historia.
Según la revista National Geographic, en 1553, Pedro Cieza de León, un español que luego se convirtió en historiador, describió a las papas como “una especie de nuez de la tierra que, después de hervida, es tan tierna como castañas cocidas”. El artículo añadía que era posible que las papas incas se sirvieran fritas, ya que freír era costumbre en la cultura española. Sin embargo, la raíz de las papas fritas tiene dos hipótesis: una que sostiene que son de Francia y otra que indica que son de Bélgica.
Según los belgas, las papas fritas fueron inventadas por aldeanos que vivían cerca del río Mosa para acompañar o suplantar el tradicional pescado frito en invierno; aunque hay otra versión que plantea que durante la Primera Guerra Mundial, los soldados estadounidenses apostados en Bélgica descubrieron este plato y, ya que que el idioma dominante en el sur de ese país es el francés, las llamaron “french fries" (papas francesas).
Por otra parte, los franceses se adjudican la creación de las papas fritas y plantean que fueron comercializadas por primera vez por vendedores ambulantes en el Pont Neuf de París en la década de 1780, versión se refuerza a partir de las más de 150 recetas escritas a mano entre 1784 y 1789 por James Hamming, quien fue esclavo de Thomas Jefferson y que había sido enviado a Francia para formarse como chef en esos años.
No obstante, esta maravilla de la gastronomía recién se popularizó en la década de 1870 y en todo el siglo pasado consiguió un importante esplendor en varios países. Su nombre mutó en cada lugar de acuerdo a la cultura y la forma en la que se las preparaba. En Francia, por ejemplo, se dice que la cocción de las papas es con aceite, mientras que en Bélgica, se fríen primero en grasa y luego en aceite.