Para muchas personas resulta imposible evitar la tentación de explotarse un granito. Lo vemos allí a la intemperie reluciéndose sin vergüenza y entonces comenzamos la osadía de querer hacerlo desaparecer a cualquier precio. Localizamos su punta y comenzamos a presionar sin pudor. En ese proceso, muchas veces, conseguimos irritar más la zona hasta provocar una infección. Entonces, ¿qué pasa si apretamos el acné? ¿Nos incitan los medios y redes sociales a hacerlo?
Actualmente circulan videos “random” (librado al azar, sin comprobación científica) en las redes sociales acerca de los procedimientos, bien enumerados, para combatir el acné. Y nos persuaden con la idea de exterminarlos apretándolos. Sea cual sea el camino que tomemos para lucir una piel saludable, la limpieza del cutis y el cuidado del mismo hoy requiere atención.
El acné es una enfermedad que debe manejarse teniendo en cuenta si la piel tiene mayor tendencia grasa o seca, si existen otras condiciones de salud de base que la provoquen o si responde a factores hereditarios. Consiste en la formación de espinillas debido a los taponamientos poros.
“Reventar, pellizcar y manipular un grano puede irritarlo y hacer que se rompa debajo de la piel”, asegura la dermatóloga Claire Chang en Live Strong. De esta manera, la lesión que podía curarse en una semana (el tiempo que generalmente demora en desaparecer un grano) puede tardarse más, a medida que acumula más bacterias porque se expone la herida. Además, corremos el riesgo de dejar cicatriz o mancha en el rostro permanente.
Si has sufrido acné en tu vida, puede resultar satisfactoria la práctica de reventar espinillas y hasta generar alivio por unos minutos. Pero debes prestar especial cuidado, porque si no consultas a un profesional, puedes empeorar la situación. Si de todos modos insistes en hacerlo salir al exterior, procura tener las manos limpias y no usar las uñas. Para ello, coloca una compresa tibia sobre la zona en la que está la espinilla y luego presiona con el pañuelo limpio el grano, sin pellizcar, ni hacer demasiada fuerza y sin desparramar la infección.