Un día como hoy, 21 de julio, pero de 1.951, nació uno de los más grandes nombres que dio Hollywood en los últimos 50 años: Robin Williams. El actor falleció el 11 de agosto de 2.014 en la habitación de su casa de la localidad californiana de Paradise Cay, quienes descubrieron el cuerpo inerte explicaron que estaba ligeramente suspendido en el aire con un cinturón atado a su cuello por un extremo y con el otro enganchado a la parte superior del armario.
Según la investigación que llevó adelante Dave Itzkoff, redactor del diario The New York Times para su libro "Robin", en honor a Robin Williams, hubo varios factores que incidieron en el precipitado suicidio del artista. El artista en esa época tenía 63 años y temía no poder volver a hacer reír. El dolor de su separación de Marsha Garces, su segunda mujer y madre de dos de sus tres hijos, y un diagnostico médico equivocado (creía padecer Parkinson y en su autopsia detectaron Demencia con cuerpos de Lewy) lo llevaron al desenlace fatal.
El documental "El deseo de Robin", dirigido por Tylor Norwood, indagó en el suicidio y en los efectos que la enfermedad mental provocó y en cómo luchó contra sus alcances. “(La Demencia con cuerpos de Lewy) es una enfermedad devastadora, mortal, rápida y progresiva”, explicó el neurólogo Bruce Miller en el documental.
Luego, añadió: “Estuve viendo cómo afectó a su cerebro. Me di cuenta de que ésta era la forma más terrible de Demencia con cuerpos de Lewy que había visto jamás. No había ningún área que no estuviese afectada. Me sorprendió mucho que Robin Williams pudiera caminar o moverse”.
La noche del 10 de agosto, el actor entró en paranoia a raíz de unos relojes de diseño que temía que le robaran, se subió a su auto y manejó hasta la casa de unos amigos, a quienes les dejó en custodia los mismos por razones de seguridad. Al regresar a su hogar, le ofreció a su pareja un masaje en los pies que ella rechazó, sin pensar que ese iba a ser el último contacto que tuvo con su marido.
“Como siempre hacíamos, nos dijimos el uno al otro: ‘Buenas noches, mi amor’”, recordó Susan Schneider, la última pareja del actor. Camino a la otra punta de la casa, donde ya dormía solo desde hacía tiempo, Robin Williams se llevó un iPad para leer, algo que a su mujer le pareció un buen síntoma porque hacía meses que no mostraba interés por nada... lo último que hizo antes de tomar la trágica decisión.