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A 34 años del exitoso momento, así fue el primer trasplante de corazón en México

Un trasplante de corazón puede cambiar tu vida. Por eso, esta nota merece recordar ese día que por primera vez se salvó una vida.

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A 34 años del exitoso momento, así fue el primer trasplante de corazón en México.Fuente: freepik.es
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El primer trasplante de corazón exitoso en México sucedió el 21 de julio de 1988, de la mano del Doctor Rubén Argüero Sánchez y de un equipo de especialistas del Centro Médico Nacional La Raza del IMSS, quienes le pusieron un corazón a José Fernando Tafoya Chávez en reemplazo, que provenía de Eloísa Pacheco, una donante joven que acababa de fallecer. El Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) calcula que en México se han trasplantado 1.538 veces. Si bien los números son esperanzadores, se encuentran lejos de cubrir la demanda: en nuestro país más de 21 mil personas están a la espera de un órgano para mejorar su calidad de vida.

Así lo recordaría el académico de la Facultad de Medicina de la UNAM: “Eran las 5:30 de la mañana de un jueves de 1988 y yo operaba a la hermana de un médico, porque a las 10 tenía una reunión para iniciar el programa de marcapasos”. Alrededor de las 7:30, Argüero recibió la llamada de un cirujano para decirle que había un corazón para el beneficiario del trasplante, procedente de una mujer con muerte cerebral. Entonces el doctor afirma: “Ahí empezó todo. Me comuniqué con la jefa de servicios médicos, quien tras algunas llamadas más nos autorizó la cirugía. En ese instante entré en pánico; pero no podía fallarle a mi grupo, con el que trabajaba desde hacía un trienio”.

Los cardiólogos estudiaron a la paciente y determinaron que era compatible. Entonces charlaron con su familia para autorizar la donación. De los tres que esperaban en la lista determinaron que Tayofa Chávez era el indicado. "Como a las 4:30 de la tarde fuimos rápidamente a la habitación del candidato, quien estaba acompañado de Lupita, su esposa. Con señas le hice entender ‘ya tenemos el corazón’ y ella me indicó que se lo comentara a su marido”, narró esperanzado Argüero Sánchez. Y siguió: "José Fernando leía el periódico de cara a la ventana y tras darle la noticia se quedó en silencio. Le dije, usted decide si nos la jugamos. En ese instante bajó el diario y respondió: 'el único que se la va a jugar soy yo… así que, ¡órale doctor!´"

Durante los trasplantes surgen complicaciones que los especialistas médicos deben resolver. Así como un bombero apaga un incendio, esto pasa. Mucho antes de la operación, a Eloísa Pacheco se le bajó la presión y los cirujanos tuvieron que extraerle el corazón y ponerlo en hielo. En ese instante no había a quien trasplantarlo porque el receptor no estaba preparado. “Eliseo Portilla, Omar Sánchez y yo nos quedamos en silencio pensando en qué pasaría con este órgano, no había nada en el mundo más importante que colocarlo. La intervención inició a las 7:30 de la mañana, cuando nos avisaron que teníamos donador. Ahí empezó el proceso de selección del paciente, de cuidar y vigilar que no le bajara la presión a quien haría la aportación y de llevarlo, entre algodones, a terapia intensiva”, rememoró el cirujano Agüero. 

Trasplante corazón. Fuente: pexels.com

Alrededor de las siete de la tarde comenzó la cirugía, que finalizó cuando el corazón latió. “Eran las 10:03 de la noche, fue un instante inolvidable”. Sin embargo, después de la cirugía, el órgano cardíaco tardó en comenzar a funcionar. “Cuando uno quita las pinzas de la aorta lo normal es que la sangre corra y empiece a palpitar; pero demoró 18 minutos, los más largos de mi vida. En el quirófano todos estábamos expectantes, en silencio. Sentía mi estómago perforado por la angustia. Estaba seguro de que iba a ponerse en marcha, pero no sabía cuándo”, estresadamente contó el doctor. Y mientras se preguntaba en qué había fallado, empezó a latir. Entonces las emociones fluyeron...