Michael Jackson murió el 25 de junio de 2009, cuando tenía 50 años. Su figura sigue inspirando en el mundo de la música y su vida causando polémica. La noche anterior a su muerte había sido de las buenas. Después de mucho tiempo de incertidumbre había vuelto a cantar. Lo hizo en un ensayo que duró más de tres horas, con el repaso completo de sus canciones, con prueba de vestuario y de los efectos. Una semana antes, ese mismo Michael estaba confuso y se olvidaba de las letras.
Esa noche la pasó en el Staple Center que había alquilado para los ensayos. Estaba cansado y ya era de madrugada. Al llegar a su casa le pidió a su médico Conrad Murray que le diera Propofol, la droga que solía tomar cada noche para dormir. El doctor no se la quiso dar porque estaba tratando de quitarle las adicciones. Esa droga es tan fuerte que se usa para anesteciar a los pacientes antes de una cirugía.
Entonces, Michael Jackson ingirió varios somníferos y calmantes. Después se supo que tomó Valium, Lorazepam, Versed, Ativán en varias cantidades de cada uno de ellos. Como no hacían efecto, a las horas volvía a tomarlos incrementando la dosis pero nada le funcionaba. Ya en la mañana, después de sus ruegos, el médico accedió y le dio Propofol. Por fin logró dormirse. Pero pasados unos minutos, cuando el doctor volvió a entrar a la habitación, su paciente estaba sobre la cama, ya sin respirar. Estaba muerto.
Intentó resucitar al cantante con maniobras de reaminación pero no lo logró. Alguien llamó desde la mansión a emergencias y los paramédicos llegaron pero ya no había actividad cardíaca. A pesar de ello, no lo declararon muerto. Lo llevaron a una clínica y siguieron intentando reanimarlo por casi una hora. Finalmente fue allí en la sala de emergencias que lo declararon muerto el 25 de junio de 2009.
Michael Jackson no pudo volver. Quería regresar a la cima pero faltaban tres semanas para el inicio de una serie de 50 conciertos en Londres. Se esperaba ese momento y apenas se pusieron las entradas a la venta, la realidad superó cualquier expectativa. En aquel último ensayo se lo vio activo, vivaz y ágil. Estuvo tres horas ensayando y otras tres discutiendo cuestiones de diseño, efectos 3D y arreglos musicales. El doctor Murray fue condenado a cuatro año de prisión por homicidio accidental.