El solsticio de verano, que este año 2022 fue el 21 de junio a las 4:13 horas de la madrugada (tiempo del centro de México), marca el momento exacto en que el sol se posa directamente sobre el Trópico de Cáncer en el hemisferio norte. Esa es la latitud más septentrional del año y ya después comenzará a moverse hacia el sur.
El solsticio de verano ocurre dos veces al año pero una por hemisferio, cuando el semieje de un planeta está más inclinado hacia la estrella de su órbita, es decir que, en el caso de la Tierra, sucede cuando el sol alcanza su posición más alta en el cielo, como se ve desde el polo sur o norte.
Con su llegada se da inicio formalmente al verano. Y el día puntual del solsticio de verano pasa a ser el día más largo del año. ¿Por qué? Pues porque ese movimiento que el sol hace hacia su posición más septentrional (hacia el norte) da como resultado que el día sea más largo. Ya a partir de aquí, los días se empiezan a acortar hasta llegar al equinoccio de septiembre que es el que da inicio a la siguiente de las estaciones: el otoño, que este año comenzará recién el 23 de septiembre.
Este concepto de que durante el solsticio es el día más largo del año tiene una excepción: las regiones polares. Los círculos polares marcan dos zonas de la tierra en las que el sol no se pone (en verano) o no sale (en invierno) por 24 horas, al menos una vez al año, el día del solsticio correspondiente. Ya una vez que se va avanzando de ese círculo hacia el polo correspondiente, el día o la noche se pueden extender hasta tres meses.
El solsticio de verano boreal, según el calendario gregoriano, ocurre en el hemisferio norte entre el 20 y el 21 de junio de cada año. En tanto que el solsticio de verano austral, es decir en el hemisferio sur, sucede entre el 21 y el 22 de diciembre.