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Sigmund Freud: 5 curiosidades del padre del psicoanálisis que no tenías en cuenta

El padre del psicoanálisis nació el 6 de mayo de 1856 y falleció el 23 de septiembre de 1939 a los 83 años de edad en Londres, Inglaterra.

Sigmund Freud. Foto: Pixabay
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Sigmund Freud es considerado como el padre del psicoanálisis. Nació el 6 de mayo de 1856 y falleció el 23 de septiembre de 1939 a los 83 años de edad en Londres, Inglaterra. Se transformó en una de los grandes pensadores del siglo XX. Si bien todos conocemos de su legado, lo cierto es que pocos detalles tenemos de su vida. Por ello hoy te dejamos 5 curiosidades que seguro no tenías en cuenta.

  • Prescribía cocaína a sus pacientes

Sigmund Freud no solo consumía cocaína, sino que además se las prescribía a algunos de sus pacientes. Él había escuchado que algunos oficiales le suministraban alguna especie de drogas a sus tropas para que rindieran mejor. Descubrió que si la mezclaba con agua no solo mejoraba la digestión, sino que además mejoraba el humor.

Sigmund Freud. Foto: Twitter @fuedicho
  • No le gustaba comprar ropa

Dicen que a Sigmund Freud no le gustaba para nada comprar ropa. Incluso solo tenía 3 trajes, 3 mudas de ropa interior y 3 pares de zapato. Él no se consideraba como una persona tacaña, es más muchas de sus ganancias las usaba para ayudar a sus amigos.

  • Fumaba 20 cigarrillos diarios

Sigmund Freud comenzó a fumar cuando tenía 20 años. Pese a que los médicos le recomendaron que dejara este hábito, él insistía en que aumentaba su productividad. Fumaba casi 20 al día cuando le descubrieron cáncer de boca. En la cirugía llegaron a extraerle parte de su mandíbula, sin embargo, nunca dejó el vicio.

  • Su trágico final

En 1939 el cáncer de boca ya se encontraba muy avanzado. Sigmund Freud no quería sufrir más. El dolor que le provocaba era insoportable. Por ello recurrió al doctor Max Schur quien autorizado por su hija le administró 3 dosis de morfina que lo llevaron a un estado de coma y de allí a su muerte.

  • Su más fiel compañero

Sigmund Freud tenía un perro al que bautizó como Topsy. Él lo consideraba como si fuera un asistente en varias de las sesiones que realizaba con sus pacientes. Incluso, una vez llegó a afirmar que prefería “la compañía de los animales a la humana; ellos son mucho más sencillos".