El asma es una afección que le puede tocar a cualquiera. Se produce cuando las vías respiratorias se achican y se hinchan provocando la mucosidad. Esto deriva en la dificultad para respirar que a veces notamos en forma de silbido en el pecho cuando intentamos inhalar o exhalar.
Si bien el asma no tiene cura sí pueden controlarse sus síntomas con diferentes tratamientos. De acuerdo a la edad será la medicación que el neumólogo irá sugiriendo ya que la sintomatología no solo varía según este factor y la época del año. Es común que las alergias estacionales aumenten las molestias propias de la enfermedad.
Síntomas
Los síntomas del asma son variables. Están sujetos a la persona e incluso la intensidad de los ataques difiere entre los pacientes. Sin embargo, hay señales de alarmas a los que se debe estar atentos. En caso de aparecer estamos ante una urgencia que requerirá una consulta médica lo más pronto posible.
Síntomas de alarma
- Falta de aire,
- Dolor u opresión del pecho,
- Sibilancias al exhalar,
- Tos o sibilancia al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfriado o gripe.
Los signos que indican una alerta en caso de asma
- Empeoramiento rápido de la dificultad para respirar o de las sibilancias,
- Falta de mejora, incluso después de usar un inhalador de alivio rápido,
- Falta de aire cuando haces la mínima actividad física.
Los síntomas aumenten ante estas situaciones
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Asma provocada por el ejercicio: generalmente empeorar cuando el paciente queda expuesto al aire frío y seco
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Asma ocupacional: se produce cuando el paciente se somete a vapores químicos, gases o polvo que irritan las vías respiratorias en su lugar de trabajo.
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El asma inducida por la alergia: es la más común entre los pacientes asmáticos. Desencadena por sustancias que se transportan en el aire tales como el polen, esporas de moho, residuos de cucarachas, o partículas de piel y saliva seca derramada por los animales domésticos.