Rafael Nadal, quíntuple ganador de la Copa Davis, medalla de oro en Pekín 2008 y campeón de 21 Grand Slam se ha transformado a fuerza de esfuerzo y de talento en uno de los mejores tenistas de la historia. Pero sus logros son solo una consecuencia de lo que comenzó siendo muy pequeño, cuando a los 3 años le regalaron su primera raqueta.
Quien le regaló esa raqueta fue nada más y nada menos que su tío Tony Nadal, quien se encargó de entrenar a la que en el futuro sería una estrella. De hecho, con Nadal ya consagrado, siguió siendo su entrenador hasta 2018. Hoy en día, Tony se ocupa de la academia de tenis del español.
Otro de los datos que quizás no sabías de la infancia de Rafa Nadal es que al mallorquí no solo le interesaba el tenis, sino que también practicaba fútbol, gracias a otro de sus tíos. Miguel Ángel, hermano de su madre, fue futbolista profesional, vistió la camiseta del Barcelona y hasta jugó para la Selección de España. De hecho, en la web se encuentra esta vieja foto de Rafa de pequeño luciendo la casaca del equipo culé, cuando hoy es fanático del Real Madrid.
Sobre su talento para los deportes, su tío Tony decía que era un "extraordinario atacante con llegada al gol" y que su capacidad de atención era lo que lo hacía determinante. "Cuando jugaba, lo hacía muy bien", dijo en una entrevista. "Llegó a ser el máximo goleador de su equipo. Era un interior que llegaba a la posición de centro delantero", expresó sobre sus características como futbolista. Quien tuvo el poder de decisión para que Nadal eligiera entre el fútbol y el tenis fue su papá Sebastián. Entre tanto deporte, Rafa estaba más interesado en las actividades extracurriculares que en el colegio y fue por ello que debió optar por dejar uno de los dos.
Otra de las anécdotas poco conocidas sobre la infancia de Rafa, tiene que ver con su disciplina. Recuerda su tío Tony que una vez, ya siendo un adolescente, Nadal se olvidó la botella con la que se refrescaba en los entrenamientos y eso sirvió de puntapié para un aprendizaje que lo marcó de por vida: "Si se olvidaba el agua, ese día no se bebía. Nadie se va a morir por no poder refrescarse. Son métodos de educación que marcan la personalidad", explicó el entrenador.