Dolores del Río supo alcanzar fama mundial después de la Época de Oro porque siempre en el cine dio todo de sí. Su capacidad para interpretar papeles engancharon de inmediato al público del séptimo arte. Por eso, hoy en día, más de medio siglo después, continua siendo recordada con mucho cariño entre el público.
Nacida en Durango, Dolores del Río ha sido motivo de interrogantes y muchos se preguntan donde descansaba debido a que usualmente se la pasaba viajando para realizar sus películas. Por esa razón, decidimos mostrar la fachada de su casa ubicada en la Ciudad de México, por Coyoacán, una zona muy popular por su aspecto rústico con un toque de glamour.
El nombre del hogar donde Dolores del Río pasaba sus ratos libres es La Escondida. Afuera del sitio, hay una placa donde se aclara que hace décadas, la actriz que tenía un carácter tranquilo y educado, vivió aproximadamente durante un año para los curiosos que se acercan a admirar el imponente lugar.
La mansión de la actriz de cine está hecha de cantera y se ve espectacular en todos los aspectos. El tamaño es tal que ocupa casi toda una manzana, sus paredes están forradas totalmente con arbustos, lo que le da un toque súper elegante similar al de las mansiones de los cuentos de hadas.
En la fachada principal de La Escondida hay enorme puerta tipo herrería mas tiene un toque café como si se tratara de madera fina. La entrada, que también es de cantera, tiene un diseño muy singular al romano y destaca mucho el mismo porte que lucía Dolores Río, pues era la elegancia andante en todos los aspectos. Las bardas son demasiado altas, lo que no permite apreciar a fondo como era el sitio por dentro, mas se notan abundantes árboles.