La NASA probó exitosamente un sistema de aterrizaje que busca estrellar sus naves de manera segura. Este diseño abre la puerta a aterrizar en lugares de Marte donde antes no era posible y reducir el coste de las misiones espaciales.
Hacer aterrizar una nave a casi 100 millones de kilómetros de distancia es extremandamente complicado. Marte está tan lejos que las maniobras de aterrizaje en su superficie no pueden controlarse a tiempo real desde las oficinas de la NASA y se necesita hacerlo de manera automática.
La NASA ha ideado distintas maneras de aterrizar una nave en el suelo marciano sin dañarlas y dejanto intactos los valiosos equipos científicos que llevan dentro. En los nueve aterrizajes realizados, la agencia espacial norteamericana ha usado desde paracaídas a propulsores, pasando por enormes airbags, grúas aéreas y combinaciones de lo anterior.
El sistema SHIELD está inspirado en el método que utiliza la misión de recuperación de muestras (MSR) de Marte de la NASA. Así, una nave descenderá a la superficie marciana, recogerá las muestras del Perseverance y las lanzará mediante el sistema de propulsión MAPS al espacio. Después, otra nave que estará orbitando Marte recogerá esas muestras y las traerá a la Tierra, estrellándose contra nuestro planeta.
Los ingenieros de la NASA se preguntaron si la idea general era reversible. De esta manera, idearon la forma de estrellar una nave contra Marte para hacerla aterrizar y que realice las tareas necesarias para las misiones. Ahora, según las pruebas, se cree posible que SHIELD funcione en planetas o lunas con atmósferas más densas.