Ralph Lauren, el ícono de la moda, cumple hoy 83 años y continúa rechazando la etiqueta de "diseñador", porque él mismo ha reconocido en más de una entrevista no haber estudiado para ello. No obstante, siempre tuvo un sexto sentido para el buen gusto y eso no se estudia en ningún sitio.
"Su historia va sobre ver el mundo de una manera diferente, de un estilo de vida, de lo que significa vestir el sueño americano", declaraba a GQ Susan Lacy, directora del documental "Ralph Lauren: el hombre detrás de la marca". A falta de barras y estrellas, la cara de Lauren actúa como bandera de Estados Unidos y autoridades de la industria de la moda como Anna Wintour, Karl Lagerfeld, Calvin Klein y Donna Karan.
Hace apenas algunas semanas, el camión de Ralph's Coffee, la cafetería de la marca de Ralph Lauren, paró enfrente de la Bolsa de Nueva York para celebrar el 25º aniversario de la entrada de la firma en el mercado de valores. Obviamente, por allí pasó el mismísimo Ralph Lauren, quien recogió su café antes de entrar al edificio y se volvió viral en Instagram y las otras redes sociales.
Para la ocasión, Ralph Lauren escogió uno de sus trajes favoritos, el de raya diplomática, y puede que no sea casualidad porque es un estilo que siempre ha estado asociado al dinero y las grandes fortunas. Él podría haber hecho un acercamiento a este look de manera clásica, pero decidió actualizarlo a su manera debido a que en lugar de completar el outfit con unos zapatos clásicos de cordones o un par de sus adoradas botas, Lauren escogió unas New Balance.
El modelo escogido por Ralph Lauren son las New Balance 990v5 grises y no está seleccionado al azar porque son las zapatillas más populares entre los que más saben de moda. El traje de raya diplomática es un clásico que representa el poder en la Gran Manzana.
Por otra parte, las zapatillas son el nuevo símbolo de poder y el calzado de los empresarios del futuro. De esta manera, con una simple imagen, Ralph Lauren vuelve a hacer lo que mejor sabe hacer: coger los básicos del armario americano y traerlos tan rabiosamente a la actualidad hilando tan fino que es imposible no seguir fijándose en él.