¿Ya no entiendes por qué no te llega bien la señal de WIFI cuando la necesitas? Pues bien, la posición del router es clave pero también lo es la posición de algunos objetos que están en tu casa y que pueden estar bloqueándote la conexión de internet. Lo ideal es ponerlo en una ubicación elevada y alejada de otros aparatos electrónicos con los que pueda llegar a tener interferencias o alejada de paredes que puedan afectar que la señal se propague.
Aunque no lo creas, cosas propias de tu hogar como los pisos, las puertas o las paredes pueden obstaculizarte la señal del WIFI, especialmente si son de materiales como el metal, el ladrillo o el hormigón. Así, además de todo ello, hay cinco objetos en particular que pueden complicarte la conexión.
Uno de ellos son los televisiones. Muchos suelen poner el router en el mismo mueble en el que apoyan el smart tv. Pues error. Aunque creas que colocar el WIFI cerca o detrás del tele es una gran idea, lo cierto es que sus componentes metálicos internos pueden actuar obstaculizadores de la señal.
¿Y las estanterías? Peor. No por el mueble en sí, sino más por los libros que son bastante densos. Juntar suficientes de ellos forma como una pared que amortigua la señal del WIFI. Otros de los objetos que es mejor mantener lejos del router son los espejos y las ventanas. Muchos aseguran que en el caso de los espejos, estos hacen que la señal rebote, pero además, como las ventanas, pueden tener elementos de metal que no nos hacen un buen favor. Lo mismo aplica para el caso de las peceras.
Un cuarto objeto que te puede complicar la conexión es el microondas. Sus ondas pueden afectar la conexión de internet. Aunque también otros electrodomésticos como la lavadora, el frigorífico o la secadora. Por último, hay cosas que sin dudas afectan mucho más: como por ejemplo, una plancha de hierro. Muros de yeso, cemento, piedra o ladrillo pueden ser un gran obstáculo para que el WIFI llegue a donde tu quieras.