El envejecimiento es un proceso que preocupa a millones de personas en todo el mundo. Esto se ve reflejado de forma contundente debido a la aparición de las arrugas en la piel; la pérdida de fuerza en brazos, piernas; el debilitamiento de los huesos, articulaciones y ligamentos.
Por suerte, hay varios métodos que ayudan a que la piel pueda lucir libre de arrugas. Entre la importante variedad de productos industriales cargados de químicos, hay algunas alternativas naturales que no provocan daños secundarios y que son súper económicos.
Si quieres tener un cutis de porcelana te recomendamos preparar una mascarilla que solamente utiliza huevo como ingrediente y a la que, si quieres, puedes incorporarle miel. Este alimento versátil se caracteriza por ser rico en prolina, un aminoácido esencial que estimula la producción del colágeno. Además, es un astringente natural que ayuda a tensar los poros y reducir la apariencia dilatada de las arrugas.
Lo único que debes hacer es romper un huevo y separar la clara de la yema porque utilizarás la parte transparente. El paso siguiente consiste en batir la clara de huevo hasta obtener una consistencia espumosa. En ese momento, si quieres, debes añadir una cucharadita de miel, un ingrediente que tiene propiedades humectantes y antioxidantes que se complementan perfectamente con la clara del huevo.
La aplicación también es sencilla. Primero debes lavar tu rostro con agua tibia y secarlo suavemente. En ese momento, debes aplicar la mascarilla en el rostro, principalmente donde hay arrugas. Luego hay que dejarla secar, proceso que suele tardar entre 15 y 20 minutos.
Una vez pasado ese tiempo, debes retirar la mascarilla de clara de huevos comenzando por los bordes y tirando hacia el centro del rostro. El paso final consiste en enjuagar la piel con agua fría para que se cierren los poros y aplicar la crema hidratante habitual.