La limpieza de las paredes blancas es una de las más complicadas que pueden existir por varios motivos. Estas, a veces necesitan otra mano de pintura para poder decirle adiós a determinadas manchas como el ketchup, la sangre y otras súper grasientas.
Por suerte, para los fanáticos de las paredes blancas no es necesario llegar al extremo de volver a pintar, sino que hay que tomarse un tiempo para entender la mancha y poder eliminarla con facilidad siendo este uno de los sitios más propensos al roce hogareño.
Para empezar, hay que tener en cuenta que es esencial quitar el polvo antes de la limpieza. Para eliminar las partículas esenciales puedes utilizar una escoba o un aspirador, estas alternativas son ideales principalmente en sitios como los rincones y los bordes.
Una vez superada la etapa anterior (una esencial para evitar que el polvo se mezcle con las soluciones caseras de limpieza), hay que preparar una mezcla. Hay varias, por eso te dejamos las mejores alternativas:
- Vinagre y agua (1:3).
- Bicarbonato de sodio y agua (1:2).
- Detergente y agua (1:4).
- Jabón y agua (1:5).
- Alcohol de limpieza y agua (1:6).
- Limón y agua (1:6).
Una vez preparadas estas mezclas, puedes rociarlas directamente sobre las manchas que dicen presente en tus paredes de color blanco. Lo ideal es que no refriegues porque puedes eliminar la pintura, sino que dejes actuar por algunos minutos y después pasarle agua.