Las plantas son de los organismos vivos que las personas más aman de cuidar. Lo cierto es que existe una especie llamadas orquídeas que poseen una técnica correcta de trasplante y el momento idóneo para evitar que el sustrato se deteriore y dañe sus delicadas raíces, provocando que luzcan bonitas y sanas durante mucho más tiempo.
Una de las cosas que más dificulta su cuidado es saber cuándo trasplantarlas. En lugar de someter a tus orquídeas a estrés innecesario, es importante realizar el trasplante cada dos o tres años. Pero no todas las etapas son adecuadas para el trasplante. Evita el trasplante cuando las orquídeas están en plena floración y en su lugar, hazlo en la fase posterior a la floración, justo antes de que comiencen a crecer nuevos brotes. Es por ello que el mejor momento para llevar a cabo esta tarea es en primavera, ya que es la época perfecta para que tus orquídeas se recuperen rápidamente.
Antes de trasplantar tu orquídea debes regarla y cuidarla adecuadamente. Debes saber que después del trasplante, tu planta crecerá más lentamente. Aquí tienes un consejo útil: dos días antes del trasplante, mezcla compost líquido en abundante agua y riega generosamente la planta. Eso garantiza su crecimiento saludable después del trasplante.
Por lo general, el sustrato ideal para las orquídeas está compuesto por una combinación de ingredientes como turba, hojas secas, estopa de coco, carbón vegetal, musgo e incluso corteza de árbol. Esta mezcla única proporciona las condiciones perfectas para el crecimiento saludable de tus orquídeas, evitando el temido problema de la pudrición de raíces. Para iniciar con el trasplante, estos son los pasos a seguir:
- Quitar la maceta vieja.
- Quita el sustrato viejo.
- Elimina las raíces dañadas o secas.
- Planta la orquídea en la maceta nueva.
- Rellenar con suelo fresco.