Los electrodomésticos, pese a lo que piensan las personas, en su gran mayoría son de plástico. A pesar de que este material es uno de los más resistentes y duraderos, con el paso del tiempo los que son de color blanco original se suelen tornar amarillentos, principalmente si están en la cocina por la proliferación de la grasa.
A pesar de que productos como la lejía y el alcohol son recomendados como las mejores alternativas para este tipo de limpieza, la realidad es que estas dos sustancias son súper abrasivas y, si no hacemos un uso muy puntilloso de ellas, podemos estropear los aparatos.
Más allá de los productos industriales tradicionales, que están llenos de químicos, hay una serie de alternativas ideales para poder limpiar los electrodomésticos sin producirles daño alguno. Una manera muy sencilla de blanquearlos consiste en un truco casero particular.
La clave para blanquear tu microondas, lavavajillas, lavadora, etc. está en seguir tres pasos muy específicos que no son difíciles, pero a los que hay que prestar suma atención: Lo primero que hay que hacer es limpiar los electrodomésticos con una esponja suave humedecida en una mezcla de jabón y agua.
Luego, hay que secar y aplicar crema de agua oxigenada para eliminar la suciedad que torna algunas zonas amarillentas. Después, hay que cubrir el aparato con papel film transparente y dejar actuar durante un día. Tras ese tiempo, hay que retirarlo y el electrodoméstico parecerá recién comprado. Además, esta solución se puede aplicar a ventanas de PVC, cajones de ventas y zapatillas deportivas.