El arroz es un alimento básico en la dieta de todo el mundo, pero originalmente fue parte de la cultura gastronómica japonesa. Este es el país que más consume este cereal rico en carbohidrato. Esa característica es una de las más negativas porque el consumo en exceso contribuye al aumento de peso.
Este detalle en Japón no parece surtir efecto al punto tal de que el país asiático tiene una de las tasas más bajas de obesidad del mundo. La clave de que los nipones puedan comer más arroz que nadie y no engordar está en que sirven porciones realmente pequeñas.
El arroz es un alimento muy alto en calorías. Una taza de arroz cocido (aproximadamente 160g) tiene aproximadamente 200 calorías. Si se consume en grandes cantidades puede provocar un exceso de calorías y por ende un aumento de peso considerable.
El arroz blanco, que es el más consumido en todo el mundo, tiene un alto índice glucémico, por lo que también aumenta los niveles de azúcar en sangre y con el correr del tiempo puede provocar una importante subida de peso. Este alimento es bajo en fibra, por lo que ayuda a mantener la sensación de saciedad.
La clave de que las personas no engorden en Japón está en que las porciones son mucho más pequeñas que en otros países. Las porciones suelen ser de entre 150 y 200g; mientras que en otros países como mínimo es de 300g. Además, los utensilios que utilizan tienen un alto impacto.