Las plantas pueden ser aliados súper importantes en la vida de las personas para combatir afecciones. Aunque hay que tener en cuenta que el consumo tiene que ser moderado y principalmente autorizado por un profesional de la salud dependiendo de las condiciones de cada persona.
Según los expertos, hay la lavanda es ideal para controlar la presión arterial alta. “La presión arterial es la fuerza de su sangre al empujar contra las paredes de sus arterias. Cada vez que su corazón late, bombea sangre hacia las arterias. Su presión arterial es más alta cuando su corazón late, bombeando la sangre. Esto se llama presión sistólica. Cuando su corazón está en reposo, entre latidos, su presión arterial baja. Esto se llama presión diastólica”, explicó la Biblioteca de Medicina de EE. UU.
“La lectura de su presión arterial usa estos dos números. Por lo general, el número sistólico se coloca antes o por encima de la cifra diastólica. Por ejemplo, 120/80 significa una presión sistólica de 120 y una diastólica de 80", añadió el mismo portal, también conocido como Medline Plus. Hay que tener en cuenta que por lo genera la presión arterial alta no tiene síntomas, por lo que los chequeos son claves.
Ante un nivel de presión arterial alta, el riesgo de un ataque cardíaco es muy importante. Por eso es recomendable adoptar hábitos saludables para disminuir los valores. En este contexto es donde la lavanda juega un papel clave debido a las variantes que tiene su uso.
“Esta planta tiene propiedades sedantes que, además de calmar el estrés, es idónea para bajar la tensión arterial, sobre todo si es debida a problemas nerviosos. Sus activos naturales ayudan a estimular la actividad celular y favorecen la circulación de la sangre a través de las arterias”, explicaron los expertos.
La lavanda, según ellos, se puede tomar de dos formas distintas para poder disminuir el riesgo de ataque cardíaco y para estabilizar la presión arterial:
- Preparar la infusión con una cucharada de flores secas y dejar que repose 10 minutos.
- Tambie´n se puede inhalar el aroma del aceite esencial.