El aguacate es una baya comestible cuyo exquisito sabor enamora los paladares de millones de personas alrededor de todo el mundo. Este exquisito alimento se cultiva en lugares con climas tropicales y mediterráneos a lo largo de todo el planeta, pero lo cierto es que se da especialmente en México. Además de poder mezclarse y hacer distintos tipos de preparados aderezado con una variedad de complementos, o ya sea pisado, o en cubos, también posee grandes beneficios para la salud.
El sueño que muchas personas han expresado a menudo es el de poseer su propio árbol de palta o aguacate, pero para que crezca alto, sano y con muchos frutos, es necesario realizar una serie de acciones y mantener meticulosos cuidados.
Primero hay que tener en cuenta que aunque el carozo de la palta se convertirá en planta, no siempre darán frutos. Según explica cleanipedia, lo recomendable es “usar el carozo de una palta que se haya obtenido de un árbol” para que puedan aparecer las paltas. De acuerdo con el sitio de YouTube El Jardín en casa, para plantar una palta o aguacate, necesitarás para este proceso guantes de látex y una serie de procedimientos.
Lo primero será cortar la palta por la mitad sin lastimar el carozo o hueso de esta fruta. Posteriormente retirar la pulpa del aguacate y separar el carozo, luego lava el carozo para eliminar restos y fíjalas en la boca de un frasco por intermedio de palitos de madera. Después incorpora agua en el frasco de cristal hasta que la mitad del hueso esté en contacto con él. Deja en el frasco en un ambiente cálido y buena iluminación para que brote y cambia el agua del frasco a diario durante tres meses.
Tiempo después, una vez que se desarrollen las raíces, los tallos e incluso las hojas, siémbralo en una maceta con orificios de drenaje para que filtre el agua. Emplea piedra partida para colocar en la maceta y luego sustrato compuesto (se recomienda tierra negra, compost y perlita) hasta las 2/3 partes de la maceta. Tras colocar el sustrato, realiza un hoyo y coloca el carozo de la palta con sus raíces. Debes dejar la mitad del carozo al descubierto. Agrega más sustrato hasta llegar a las ¾ parte de la maceta y ejerce presión con tus dedos. Cuando riegues la planta, coloca un contenedor debajo de la maceta y rocía abundante agua hasta que el sustrato quede empapado. Finalmente, utiliza dos palitos para que la planta se mantenga de forma vertical y no toque el suelo.