El cáncer es una enfermedad que en los últimos años produce preocupación a todos los seres humanos al existir cada vez más casos y no haber una cura definitiva. Hay que tener en cuenta que es una de las principales causas de mortalidad en las Américas, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con los científicos una serie de variables influyen en las posibilidades de que desarrolles un tumor maligno. Los antecedentes familiares son un factor muy importante, pero algunas condiciones ambientales también influyen, como el estilo de vida, el peso, los niveles de actividad física y sobre todo la alimentación. Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, tu dieta debería eliminar los siguientes compuestos:
Evita el alcohol: la evidencia científica sugiera que consumir regularmente bebidas que contengan alcohol eleva directamente las posibilidades de tener cáncer en diferentes estructuras, pero principalmente en la boca, laringe, faringe, esófago, hígado, colon e incluso el de mama. De acuerdo con Harvard, 10 gramos de alcohol por día, elevan el riesgo de cáncer entre un 4 y 25%. En comparación, una cerveza (350 ml), encuentras 17 gramos de alcohol, según el Centro de Adicción Americano.
Evita la comida rápida: hay que dejar de consumir productos como papas fritas, hamburguesas, pizzas y el pollo frito, son productos que contienen altas cantidades de calorías, azúcares y sodio. Además, suelen ser alimentos muy procesados que pueden hacerte ganar peso y con los que arriesgas desarrollar cáncer.
Limita las carnes rojas y procesadas: de acuerdo con diversos estudios que han descubierto la relación directa entre las carnes de animales y el cáncer, especialmente de aquellos que afectan el sistema digestivo, como el colorrectal. Un ejemplo de esto es que cada 50 gramos de carnes procesadas, aquellas curadas o muy tratadas como el tocino o el salame, se eleva en un 16% el riesgo de tener cáncer en el colon o recto.