Las canas son pelos que carecen de melanina, que es el pigmento que da color tanto al cabello, como la piel, el iris del ojo y el vello corporal. De hecho, el color del pelo está determinado por la cantidad de melanina que se acumula en él: cuanta más melanina, más oscuro es.
Está claro que se trata de un síntoma de la vejez, pero también tiene otras causas. Una de ellas es el estrés, que altera el funcionamiento de las hormonas y el metabolismo y puede afectar a la producción de melanina, la genética, ciertas carencias alimenticias, el déficit de vitaminas u otros antioxidantes, el hipotiroidismo, la mala higiene ello o el uso excesivo del agua caliente.
Para evitar su temprana llegada existen diferentes trucos, pero en esta ocasión queremos recomendarte algunos alimentos que te permitirán tener un cabello más fuerte y sano:
- Salmón. Contiene nutrientes favorecen la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, lo que, a su vez, mejora la salud de los folículos pilosos y prolonga la producción de melanina.
- Hígado es una excelente fuente de cobre, un mineral fundamental para estimular la producción de melanina en el cabello.
- Yema de huevo. Proporciona aproximadamente el 33% de la cantidad diaria recomendada de biotina. Además, se puede complementar el aporte de biotina con alimentos como frutos secos, plátanos o levadura nutricional para favorecer la salud capilar.
- Sardinas. Son ricas en vitamina D para los folículos pilosos, por lo que su incorporación en la dieta es importante para mantener un cabello saludable.
- Brócoli. Son una fuente destacada de nutrientes que incluyen la vitamina B5, que es fundamental para mantener el color del cabello, ya que ayuda a prevenir la pérdida de pigmentación y la aparición prematura de las canas.
Si hablamos de vegetales, Marta Hermosín, especialista en nutrición y dermocosmética del Instituto de Dermatología Integral cuenta que "tenemos que tener una ingesta adecuada de hojas y brotes verdes, como son los canónigos, las espinacas y las coles de Bruselas". Como también los cereales, la cebada y el trigo, y los antiinflamatorios como son la cúrcuma, jengibre, romero y ajo.