El sueño es una pieza clave para la salud, según estudios de la Universidad de Harvard. El cerebro permanece activo durante el sueño, desempeñando un papel crucial en el funcionamiento físico y mental. La falta constante de sueño puede llevar a la deficiencia del sueño, vinculada a riesgos de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, depresión e incluso muerte prematura.
Harvard enfatiza que la necesidad de sueño es variable, disminuyendo con la edad. Sin embargo, la privación de sueño no solo desencadena enfermedades sino que también acelera el envejecimiento. La cantidad óptima para adultos, según Harvard, se encuentra entre 7 y 8 horas.
Dormir adecuadamente emerge como una herramienta efectiva contra el envejecimiento prematuro, superando incluso a tratamientos de belleza. Se ha demostrado que las horas de sueño adecuadas no solo preservan la juventud sino que también evitan el aumento de peso.
Estudios revelan que quienes duermen poco presentan niveles bajos de leptina, hormona relacionada con la saciedad. La leptina señala al cerebro la sensación de saciedad, pero la falta de sueño puede generar resistencia a esta hormona, contribuyendo al aumento de peso.
Harvard destaca la importancia de comprender la relación entre el sueño y la salud, redefiniendo el descanso como un aliado esencial para mantenerse joven y saludable. La cantidad de horas de sueño óptimas se posiciona como la clave para aprovechar al máximo este recurso natural y prevenir no solo enfermedades sino también el impacto del tiempo en nuestro cuerpo.