El microondas ha formado parte de muchos hogares desde hace ya varios años, por su comodidad e utilidad que simplifican recetar. Además, pese a la infinidad de mitos que hay en su contra, como su supuesta relación con el cáncer debido a las ondas electromagnéticas, la ciencia ha demostrado que su radiación no es ionizante y, por lo tanto, no tiene el potencial de causar daño celular.
Sin embargo, pese a que el microondas no es peligroso en términos de radiación, los expertos advierten sobre su uso excesivo y destacan algunas preocupaciones de salud. Algunos especialistas enfatizan en la importancia de utilizarlo con moderación debido a ciertos cambios que puede causar en los aminoácidos.
Uno de los riesgos más significativos asociados al microondas está relacionado con su uso para descongelar alimentos, ya que a través del proceso de descongelación parcial puede favorecer la proliferación de gérmenes en los alimentos, y esto puede resultar peligroso. Es importante conocer que este aparato de uso doméstico no cocina los alimentos, sino que simplemente los calienta. Es decir, que, si los alimentos no cumplen con los estándares de calidad bacteriológica, es probable que se produzca una proliferación de gérmenes y bacterias.
Pero entorno a esto surge una duda, que es cuál es el artefacto que podría suplantar al microondas, y la respuesta parece ser el horno de convección. Este sistema calienta los alimentos sin generar humo, opera más rápido que un horno convencional y ahorra hasta un 80% de energía. Su capacidad para cocinar de manera rápida y eficiente, junto con la ausencia de riesgos bacteriológicos asociados a los microondas, lo convierte en una opción prometedora para el futuro de la cocina.
Año a año las personas toman mayor conciencia sobre su alimentación, por lo que se buscan nuevas y mejores alternativas, que resulten más seguras eficientes en la preparación de alimentos.