Los gatos negros son considerados animales muy simbólicos con interpretaciones muy ambiguas. Mientras que en civilizaciones como la del Antiguo Egipto se los consideraba sagrados, ya que estaban relacionados con el culto a la diosa Bastet, en la tradición hebrea y babilónica, se comparan a serpientes, arrolladas en un hogar.
Se dice que, además, están asociados con la diosa griega Hécate y con la diosa nórdica Freya, ambas relacionadas con la brujería, por lo que en la Edad Media sería considerado símbolo del Diablo. Esta forma de ver a los cambios después de la Iglesia como institución se encargó de establecer otro orden en las personas en la manera de pensar.
De acuerdo con los registros escritos, se le vincula al Papa Gregorio IX el primero en declarar que los gatos negros eran motivo de culto. Dentro del documento “Vox in Rama” se dice que son la encarnación de satanás, allá por el siglo XIII. Después se le comenzó a castigar con ser rechazado junto con la mujer que practicaba o tenía conocimiento medicinal.
Con todo lo dicho, la celebración de Halloween es un día en el que los gatos toman un papel especial y en el que las adopciones de éstos aumentan, aunque se cree es con la intención de protegerse de las supersticiones; porque así como unos piensan que tienen mala suerte, hay otras personas que crees que los gatos negros son de buena suerte.
Ver un gato negro en la noche, aunque se considera un mal augurio en muchas partes del mundo , es que es una señal vital de que las energías curativas están entrando en tu vida. Un gato negro es un talismán de buena suerte y si por la noche ves a alguno en tu camino, no debes preocuparte ya que la buena suerte estará de tu lado.