A menudo sucede que nuestro fiel gato doméstico nos paga algunos ‘obsequios’ como cadáveres de animales muertos. No es raro ver a uno con un ratón recién capturado entre los dientes, pero puede suceder que el mismo acabe en su estómago. Pero como estar seguro de que lo comió y lo más importante, ¿qué hacer en este caso? Sería mejor evitarlo.
Los roedores pueden tener parásitos y hasta pueden trasmitir la toxoplasmosis, lo que puede causarles: perdida de peso, disnea, letargia, signos oculares y pirexia. Además puede pasar que el ratón haya ingerido algún veneno por lo que también impactará en su cuerpo.
Es por eso que, si estamos seguros de que el gato pudo haber ingerido un ratón cuando no estábamos presentes, debemos mantenerlo bajo observación de cerca durante las próximas 48 horas como mínimo. No debemos subestimar absolutamente dos síntomas de la intoxicación por gatos en particular, a saber vómitos y diarrea.
Es bueno recordar que este instinto de supervivencia prevalece en los felinos, incluso aunque lleven toda su vida en una casa. De este modo, su acto de cazar no tiene nada que ver con sus necesidades nutricionales. Resulta habitual que lo veas atacar pero se limitan a marear, zarandear, aturdir, aplastar o jugar con sus presas sin llegar a ingerirlas.