Oler bien es algo que suma muchos puntos. El olor corporal es una parte natural de ser humano, y todos tenemos un aroma característico. Usar desodorante es una práctica habitual para evitar los malos aromas pero también existen algunos trucos naturales para cuando no tengas a mano alguna fragancia.
¿Cómo lograrlo? Toma baños o duchas regulares, lavando todas las áreas del cuerpo, prestando especial atención a las axilas, los pies y las áreas propensas a sudoración con jabón suave y agua tibia. Asegúrate de usar ropa limpia y transpirable, como algodón, que permite que la piel respire y evita que las bacterias se acumulen en tu piel.
Después de la ducha, asegúrate de secar bien todas las áreas del cuerpo, especialmente las axilas y los pies, ya que la humedad puede propiciar la proliferación de bacterias que causan mal olor. En el caso de las axilas, el vello puede retener el olor. Si lo prefieres, puedes considerar afeitarte o recortar el vello de esta área.
Lo que comes puede influir en tu olor corporal, por lo que evita alimentos como el ajo y la cebolla. Consume alimentos ricos en clorofila, como espinacas o perejil, que pueden ayudar a neutralizar el olor y bebe suficiente agua puede ayudar a eliminar las toxinas del cuerpo.
Si deseas evitar los desodorantes químicos, puedes considerar desodorantes naturales a base de ingredientes como bicarbonato de sodio, aceite de coco o aceites esenciales. Estos productos tienden a ser más suaves y menos irritantes para la piel. El consumo de tabaco y alcohol puede contribuir al mal olor. Reducir o eliminar su consumo puede ayudar a oler mejor.
Si sientes que el mal olor es persistente o inusual, o si experimentas problemas de sudoración excesiva (hiperhidrosis), es recomendable consultar a un médico o dermatólogo para descartar posibles problemas de salud subyacentes.