Cuando hacemos las compras del mes, incluimos verduras y frutas de estación para poder agregar al a dieta diario personal, o de la familia. Sin embargo, con el paso de los días, algunos alimentos quedan guardados en el refrigerador y cuando vamos a consumirlos están echados a perder, y es una duda constante saber cuáles se deben guardar en frío o en temperatura ambiente.
En general, la mayoría de las verduras y frutas pueden mantenerse mejor en el refrigerador para prolongar su frescura, pero hay algunas excepciones, ya que pueden perder sabor, textura y nutrientes si se almacenan en ese artefacto. Para quitarte dudas, aquí hay una lista los que debes evitar refrigerar:
- Tomates. El frío del refrigerador puede hacer que los tomates pierdan sabor y textura. Guárdalos a temperatura ambiente hasta que estén maduros y luego consúmelos.
- Ajo. El ajo puede comenzar a germinar en el refrigerador y perder su sabor. Es mejor almacenarlo en un lugar fresco y seco.
- Cebollas. Las cebollas pueden volverse blandas y desarrollar moho si se refrigeran. Almacénalas en un lugar fresco y seco.
- Papas. Las papas tienden a desarrollar almidón en el refrigerador, lo que afecta su sabor y textura. Guárdalas en un lugar oscuro y fresco.
- Berenjenas. Las berenjenas pueden desarrollar un sabor amargo si se refrigeran. Déjalas a temperatura ambiente.
- Plátanos. Los plátanos verdes no deben refrigerarse, ya que el frío puede frenar su maduración. Una vez que estén maduros, puedes refrigerarlos para prolongar su frescura.
- Aguacates. Si los aguacates aún no están maduros, es mejor mantenerlos a temperatura ambiente. Una vez que estén maduros, puedes refrigerarlos para extender su vida útil.
- Melones (como el melón cantalupo): Los melones enteros no deben refrigerarse antes de que estén maduros. Después de cortarlos, puedes refrigerar las porciones no utilizadas.
Ten en cuenta que las condiciones climáticas y las preferencias personales pueden influir en el almacenamiento de frutas y verduras. Siempre es una buena práctica verificar las recomendaciones específicas de almacenamiento para cada tipo de producto, ya que pueden variar según la variedad y la región.