Los espárragos son los tallos jóvenes que nacen de la esparraguera. Esta es una verdura alargada, que se caracteriza por poseer un intenso sabor, especialmente si son trigueros, es decir, aquellos que nacen de forma silvestre. Hay que decir que su característico color depende de la forma en que se cultive: si se cubren con tierra y no entran en contacto con la luz solar, permanecerán blancos y tiernos. No obstante, si se dejan crecer en la superficie, adquieren un tono verdoso.
Lo cierto es que su consumo no es para todo el mundo, ya que según los expertos su consumo no es para todo el mundo, ya que a pesar de no contener grasa ni colesterol, ser fuente de folatos, vitamina K, vitamina C, potasio, y vitamina A. También mantiene saludable el corazón, regular la concentración de azúcar, prevenir los cálculos renales, ayudar con el desarrollo de los fetos en personas embarazadas, poseen algunas aptitudes que causarían más de un problema.
Por ejemplo, si sufres de colon irritable no debes consumirlo porque es un tipo de carbohidrato que se encuentra ampliamente en los vegetales. Este compuesto nutricional podría empeorar la sintomatología de las personas con este inconveniente, ya que pueden causar cierta intolerancia, ya que contiene altos porcentajes de fibra.
Tampoco es recomendable para aquellos que tienen alergia a las cebollas. Esto es debido a que según el sitio Live Science, es más probable tener alergia a los espárragos si eres sensible a otros alimentos de la familia de las liliáceas, como las cebollas, el ajo, los puerros o el cebollín. Seguro te producirá moqueo nasal, inflamación de los ojos, dificultad para respirar, y la hinchazón de la boca o labios.
Si tomas litio y/o anticoagulantes tampoco advierten que consumas espárragos, ya que desde el sitio RxList advierten que los espárragos podrían tener una interacción moderada con el litio, esto porque podría alterar la velocidad en la que el organismo elimina el litio, elevando la concentración general en el cuerpo.