La sandía es una de las frutas preferidas de millones de personas en todo el mundo y, si se tiene en cuenta que, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, hay que digerir entre tres y cinco porciones de fruta cada día es importante conocer cuáles son los riesgos de comerla en exceso.
Algo que sucede con la mayoría de las frutas es que traen semillas dentro y un mito popular es que si una persona se traga las semillas puede padecer apendicitis, una enfermedad que se produce cuando el apéndice se inflama. Según el portal Mundo Deportivo, el actor de consumir semillas sin masticarlas puede ser poco favorable para el organismo, pero porque interrumpen el tránsito digestivo y obstruyen el intestino.
Esto es distinto a cuando se consumen productos lácteos porque en este último caso, el cuerpo produce lactasa, una enzima que permite digerir la lactosa, el principal componente de la leche. No obstante, con las semillas no sucede lo mismo porque su piel es dura y tiene celulosa; además, no hay enzimas que las procesen.
Una investigación denominada “¿Pueden las semillas de frutas y los residuos de plantas no digeridos causar apendicitis aguda?”, que realizó Omer Engin, entre otros autores, y que publicó la Asian Pacific Journal of Tropical Biomedicine, sugiere no consumir semillas de frutas porque no suelen ser masticadas, sino solamente digeridas, algo que puede provocar apendicitis.
Los casos que el estudio revisó para llegar a tales conclusiones fueron sometidos a una apendicectomía y observaron que la ingesta de vegetales también incidía, pero de manera ínfima. Por lo tanto, hay que tener en cuenta cuando comemos sandía que el consumo excesivo de semillas podría obstruir el vínculo que existe entre el intestino grueso, el ciego y el apéndice, que se termina inflamando.
Por último, no está de más resaltar que aquellos que comen semillas de cualquier tipo de fruta también pueden padecer una serie de síntomas estomacales como estreñimiento, dolor estomacal y deposiciones con sangre. Por lo tanto, siempre es mejor evitarlas y sino, masticarlas.