Las ventanas corredizas son una gran inversión para cualquier hogar, ya que proporcionan privacidad y seguridad al mismo tiempo que ahorran espacio. Sin embargo, a menudo se olvida limpiar los rieles, lo que puede acumular polvo y suciedad con el tiempo. Afortunadamente, existe un truco sencillo para solucionar este inconveniente.
El primer paso para limpiar correctamente es eliminar todo el escombros de los rieles. Puedes utilizar una aspiradora para hacerlo, o simplemente limpiar los rieles con un cepillo o un trapo. Asegúrate de retirar la mayor cantidad de escombros posible para evitar la creación de lodo.
Una vez que hayas retirado todo el escombros, limpia los rieles con una esponja o un paño limpio y jabón. Aplica un poco de jabón en la esponja y pasa por toda la superficie hacia una misma dirección, después retira el exceso y repite hasta que quede limpio. Por último, enjuaga para eliminar los restos de suciedad que hayan quedado.
Si quedan algunas áreas sucias, puedes intentar aplicando una pasta de bicarbonato de sodio con agua, aplica sobre las zonas con manchas difíciles y deja reposar durante 5 minutos, después con ayuda de un cepillo talla muy bien para eliminar la suciedad por completo de la ventana, una vez que todas manchas se hayan ido entonces enjuga.
Por último, asegúrate de secar los rieles para evitar la aparición de moho. Pasa una toalla para que absorba el agua (hazlo hasta que ya no quede exceso de líquido) y deja que el sol le de directamente. Con estos sencillos pasos, podrás limpiar los rieles de las ventanas corredizas en poco tiempo y sin esfuerzo.