La naranja es una fruta que se caracteriza por su jugosidad, aroma, sabor y efecto refrescante. Además, tiene importantes dosis de Vitamina C, lo cual es ideal para reducir los niveles de depresión, ya que está demostrado que esta vitamina disminuye los cambios en el estado de ánimo y el estrés psicológico.
Además de su carácter saludable, la naranja también se trata de un alimento que ha acompañado los desayunos de las familias por cientos de años y el cual nos gustaría que tengan más tiempo de duración y no se echen a perder tan rápidamente. Para ello es recomendable no guardarlas en un lugar húmedo de la casa que le aporte sustancias perjudiciales.
Otro de los tips fundamentales es conservar las naranjas en un frutero de fibras naturales, o uno con fibras como las de mimbre o rafia, o en un frutero de cristal. Además, es recomendable no mezclarlas con otras frutas que siguen madurando como pueden ser las manzanas o los plátanos.
No deberíamos colocar las naranjas en una la nevera, sino convenientemente bajo temperatura ambiente, y de esta manera van a durar frescas muchos más días y no se estropearan al estar en condiciones extremas de temperaturas. Otra cosa a tener en cuenta es que no conviene lavarlas con agua tras comprarlas, ya que al hacer esto tan solo estamos acelerando su proceso de deterioro, lo cual es perjudicial. En cambio, si la limpiamos con un paño seco antes de consumirlas sería lo ideal.
Recordemos que además de la Vitamina C, las naranjas contienen Vitamina B, que aporta al organismo nutrientes esenciales para que el sistema nervioso funcione correctamente. Según la Fundación Española de la Nutrición, la naranja contiene una variedad de micronutrientes, entre los que se detallan los folatos, la vitamina C, la vitamina A, el potasio, el calcio, el magnesio y el fósforo, todos estos esenciales para el desarrollo y fortalecimiento del cuerpo humano.