En el caso de que guardes la leche en la puerta de tu refrigerador te contamos que es un error muy común debido a que altera las propiedades de esta bebida. Este es el lugar predilecto para la mayoría de personas que lo hacen porque porque piensan que está bien y porque el tamaño del producto es como si calzara perfecto para el lugar.
No obstante, este error es muy común y puede afectar al producto, echarle perder los nutrientes y hacer que le caiga mal a quien la consuma al punto de que podría terminar enfermo. La razón por la que no debes guardar la leche en la puerta del refrigerador es porque es la zona menos fría y tiende a tener cambios bruscos de temperatura.
Gracias al constante abrir y cerrar de la puerta de la nevera, los nutrientes de la leche se pierden. De hecho, algo similar le pasa a los lácteos y productos similares. No está de más destacar que tiene que haber una constante limpieza del aparato eléctrico y verificar que los productos no estén vencidos.
El mejor sitio para que la leche permanezca fresca es en el estante medio o debajo del frigorífico junto con el yogurt, natillas y otros productos perecederos allí. Otro buen lugar es arriba del cajón donde se guardan las verduras, para que no se pierdan los nutrientes; aunque un dato curioso es que esta es la zona donde más frío hace porque que las hortalizas tienen poco tiempo de vida.
Por último, no está de más remarcar que la leche luego de ser abierta puede permanecer en el refrigerador como máximo cuatro días. En el caso de que se llene de grumos o se ponga pegajosa después de calentarla, ya no debe ser tomada porque su nivel elevado de acidez hace que las proteínas se unan y se produzcan grumos.