Cuantas veces hemos sido víctimas del "shopping", ese acto excesivo de ir de compras tan voraz como placentero. Y ni te contamos cuando conseguimos esa prenda favorita que nos queda perfectamente y, por consiguiente, no queremos darle ni un día de descanso en el closet, porque hemos planificado usarla. Después de pasar el reto de encajar en el talle adecuado, si perteneces al grupo "pagas-usas", tenemos algunos consejos para darte. Desafortunadamente, para el interés de algunos y de este grupo en particular, debemos advertir que no es recomendable ponerte ropa nueva sin lavarla y existen diversos motivos por los que debe pasar por una lavadora previamente.
Algunos productos químicos que se utilizan en el proceso de producción de la ropa pueden causar dermatitis, eczemas, piel escamosa o erupciones, como por ejemplo la resina de formaldehído, utilizada para evitar arrugas. De igual manera ciertos tintes. Y no es sólo esto, sino que las prendas pasan de mano en mano antes que las adquieras (muchas personas se las prueban) y así acumula polvo, bacterias y gérmenes. La ropa tiene "una vida antes" de llegar a los consumidores. Esto lo explica la editora de moda de la revista InStyle, Jessica Andrews: “Soy muy consciente de que, en lo que respecta a la compra de ropa, ‘nuevo’ simplemente significa nuevo para mí. La prenda tenía vida antes de que me llegara, ya sea que me probara un millón de veces o que estuviera expuesta en la tienda”.
“Es recomendable por una cuestión de higiene, pero si las prendas han pasado los controles de calidad y tu piel es normal, no debería haber problema. Y el riesgo de contagio de una enfermedad de la piel es poco probable. Hay que tener especial cuidado con la ropa de bebé y con las personas con piel sensible a irritaciones”, analizó la doctora Elia Roó Rodríguez, jefa de Dermatología Estética del Hospital Sur en Madrid.
Con esta introducción no queremos quemarte la cabeza ni mucho menos perseguirte, pero es bueno contar con algunos trucos caseros para lavar la ropa nueva. Empieza por revisar la etiqueta y seguir las instrucciones de uso para no dañar la prenda. Una vez dentro de la lavadora, agrega media taza de vinagre blanco o una cucharada de bicarbonato porque durante el último aclarado ayuda a desinfectar, eliminar restos de químicos, suavizar y conservar los colores de las prendas. Luego, tiende la ropa a la sombra en un lugar fresco y aireado, dentro de casa.
Muchas veces el problema del espacio físico para colgar la ropa es un obstáculo según la estación del año que transitemos. En verano podemos arruinar las prendas al exponerlas al sol y en invierno es factible que se impregnen de humedad al estar colgadas en el interior o no tengamos lugar para ponerlas. Entonces procura disponer de un tendedero plegable ante cualquier imprevisto climatológico. También haz uso del centrifugado largo de tu lavadora para reducir el tiempo de secado.