Al menos una vez al año hay que limpiar los asientos de los coches, esta importante parte de los autos y su adecuado mantenimiento te ayudará a estar más cómodo y a que dure más tiempo el automóvil. De esa forma, es muy posible que en el caso de que no tengamos experiencia en el aseo de la tapicería, necesitemos una serie de cosejos para no meter la pata.
Hay asientos que llevan fundas y son fáciles de limpiar, en el caso de que no sean desenfundables. Estos son tres consejos y trucos caseros para que el interior de tu auto luzca como el primer día. Para empezar hay que saber que los asientos del automóvil que no se desenfundan se limpian a mano.
Primero, debes limpiar la parte más superficial de los asientos con una aspiradora, eliminando con ella todo el polvo y los ácaros que estén sobre él. Si se trata de un asiento grande y no puedes llegar a todos los rincones, puedes ayudarte de un cepillo. Luego, una vez quitado todo el polvo y la suciedad, debes limpiarlo con un poco de amoniaco diluido en agua templada.
El paso siguiente es humedecer un paño en la mezcla y frota sobre la tapicería de arriba hacia abajo. Cuando el mueble esté bien seco podrás revisar si tiene alguna mancha. En ese caso, puedes usar un quitamanchas convencional apto para tapicerías que encontrarás en las tiendas o crear uno casero.
En el caso de que tu automóvil tenga asientos de cuero debes saber que como son tan elegantes, su mantenimiento es más exigente. De esta manera, tenemos que saber que debemos aspirar la superficie aplicando un limpiador específico para cuero con un cepillo de cerdas naturales y aplícalo por toda la superficie, sin frotar. Debes dejar actuar el producto unos minutos y volver a pasar el cepillo impregnado en el limpiador; retirar la suciedad con una toalla de microfibra seca o levemente humedecida en agua.
Por último, en el caso de que tus asientos sean de cuero sintético del coche, el material es el sustituto perfecto del cuero, requiere de menos cuidados y su limpieza es bastante más fácil. Debes aspirar en profundidad toda la superficie; frotar la superficie con un trapo humedecido en agua y jabón neutro; enjuagar toda la superficie con la ayuda de un trapo humedecido en agua. Por último, tienes que secar la superficie con una toalla.