Hay animales que pueden ser domesticados y formar parte de una familia, como el caso de algunas aves, peces, perros o gatos. Despedirse de una mascota puede llegar a ser uno de los momentos más duros de nuestras vidas, tanto como la de cualquier otro miembro de la familia. Vivir la falta de una mascota es una situación muy dolorosa y difícil de sobrellevar para los propietarios, y es que estos animales terminan siendo un miembro más de la familia.
"Es por eso que cuando perdemos a nuestro compañero procesamos el duelo de manera similar a cuando falta cualquier persona cercana. En este sentido, muchas veces no se encuentra el mismo apoyo del entono que te rodea, llegando a obligarnos a ocultar los sentimientos dado que aún hay quien no entiende que se sienta tanto la pérdida de un animal”, sostiene Adela Martínez Gómez, terapeuta en acompañamiento de duelos.
Como lo explicamos, durante el duelo se siente un vacío muy grande, ya que seguramente, con las mascotas compartimos muchas horas en el día. Asimismo, existen padres y madres que suelen reemplazar a sus hijos con los animales, cuando los primeros abandonaron el hogar. La razón es que, al depender de cada dueño, las mascotas terminan haciendo sentir útil a la persona.
Esta situación hace que nuestro carácter se vea alterado y tengamos distintas reacciones, de acuerdo al paso del tiempo. Entre las etapas que cada uno vive se encuentra la negación en primer lugar, luego la ira por la situación que se está atravesando, la etapa de revisión donde imaginamos que hubiera pasado si hubiéramos tomado otra decisión, la depresión que nos deja el vacío y por último la aceptación que es cuando ya aceptamos la pérdida de nuestra mascota.
Para lograr superar el dolor y la tristeza, son válidos algunos consejos que te brindamos a continuación. Siempre toma la decisión en base a tu convicción a momento de elegir el momento de la despedida, ya que no te culparás luego por no haberlo hecho a tu manera. Otra recomendación es no buscar el beneplácito de los demás, ya que los sentimientos de cada uno pueden no ser compartidos. Por último, al momento de llenar el vacío, es preferible tomarse un tiempo y pensar en forma personal la decisión de tener una nueva mascota. Muchas veces, regalar una mascota puede no ser una decisión correcta, ya que la otra persona quizá no se sienta con ganas ni fuerza para cuidarla.