El cáncer de mama es el tipo de cáncer más diagnosticado en el mundo. Tan es así que ha superado al cáncer de pulmón, según la Asociación Americana de Oncología Clínica, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1 de cada 12 mujeres lo tendrá en algún momento de su vida.
El cáncer de mama se produce cuando células malignas tienen un crecimiento exagerado en los conductos, lóbulos o tejidos que se encuentran en los senos. Como cualquier tipo de cáncer, luego puede ramificarse a través del torrente sanguíneo a cualquier parte del cuerpo. Los antecedentes familiares son clave a la hora de las probabilidades de padecerlo.
También se estudia que pueda causarlo un gen específico y se lo relaciona con otros factores como la edad avanzada, el consumo de alcohol, la obesidad, el consumo de tabaco, la terapia hormonal y la historia reproductiva. Si bien no es lo más habitual, también en hombres se ha detectado el cáncer de mama.
Las claves para detectar a tiempo el cáncer de mama tienen que ver con el autoconocimiento. Por eso, la OMS recomienda regularmente practicar un autoexamen que consiste en observar color y forma tanto de mamas como de pezones; y explorar con las manos la superficie para identificar la presencia de masas. Es muy importante detectarlo a tiempo porque, de esa manera, hay mayores probabilidades de tratarlo.
La Asociación Americana del Cáncer indica que los cinco síntomas más habituales del cáncer de mama son: 1, la inflamación parcial o completa de la mama (incluso sin la presencia de una masa); 2, los hoyuelos en la piel, parecidos a la piel de naranja; 3, el dolor en la mama o el pezón; 4, cuando la piel del pezón o mama se ve roja, seca o se ha engrosado; 5, la inflamación de los nódulos debajo del brazo (axila) o cerca de la clavícula. También tienes que tener en cuenta que la sola presencia de masas no es indicador de cáncer por lo que la recomendación, si las detectas, es acudir a un especialista.