El vino se ha vuelto una bebida muy popular. Se puede tomar de forma habitual acompañando una comida en nuestra casa, pasando un buen rato con amigos en alguna fiesta, o en restaurantes degustando un plato especial. Los hay para toda ocasión y de la más amplia gama de valores, según se trate el momento.
También existen variedades y colores de vino para todos los gustos. Varietales como malbec, cabernet sauvignon, syrah, merlot, pinot noir, chardonnay, etc. Algunos de sabor más intenso, otros más frutados, delicados, jóvenes, de maduración tardía, de colores oscuros, de gran cuerpo, y un sinfín más de adjetivos se le puede endilgar a esta bebida noble que acompaña cualquier plato.
Si una persona es aficionada al vino, puede llegar a conocer más en profundidad algunas características y desembolsar una cantidad extra con el fin de poder disfrutar de una copa en un momento especial. Asimismo, entenderá algunos secretos de esta bebida, que necesita algunos cuidados especiales para poder degustarlo en su punto adecuado.
Una persona que no posee los conocimientos necesarios puede llegar a cometer errores al momento de combinar un tipo de vino con un plato de comida, o tal vez, le dé lo mismo beber un vino frío que a temperatura ambiente, pero lo cierto es que esto no es así. El sabor varía de acuerdo a cómo se sirva, y según los expertos sommeliers existen temperaturas específicas para poder disfrutarlos más.Otro detalle que pasamos por alto es la forma de agarrar la copa de vino.
De acuerdo a cómo se haga, esto nos va a dar la pauta de si una persona es conocedora o aficionada. Hay quienes la agarran por la base, lo que suele verse elegante, pero a los fines de su uso, si tenemos que girarla para ver el cuerpo del vino, esto puede ser poco práctico. Según los que más saben de la bebida proveniente de la uva, la forma correcta de sostener la copa es por el tallo con las yemas de los dedos. De este modo no se altera la temperatura del vino y tampoco su aroma y sabor.