El limón es una de las frutas más consumidas del mundo. Su saber agrio es ideal para acompañar comidas, meriendas y hasta hacerlo té. No puede faltar en tu cocina y su planta necesita solo agua y suficiente luz para crecer fuerte. Ahora bien, aunque no lo creas, también puedes hacerlo crecer desde una taza. ¿Sí? ¡Sí, es posible!
Por supuesto que tu planta de limón en taza no crecerá del tamaño de un limonero que puedes tener en tu jardín o en el huerto pero te servirá para ornamentar tu hogar y aromatizar los ambientes. Lo primero que necesitarás es preparar las semillas para germinarlas y después transplantarlas a la taza que elijas. Si la vas a usar para decorar, procura elegir una delicada, que esté entre tus favoritas.
Para germinar las semillas tendrás que colocarlas recién salidas de limón en agua y dejarlas ahí por una hora. De esa manera lograrás que la piel exterior y rugosa se ablande y sea más fácil de quitar. Ahora, vamos a pasar a la germinación propiamente dicha. Deberás colocar las semillas sin piel en un recipiente con unos dos centímetros de agua. Y después ponerlo en un lugar al que le ingrese suficiente sol. Al tercer día la semilla habrá germinado por completo. Esta parte del proceso es fundamental para que la planta crezca con fuerza.
Cuando la semilla de limón esté germinada, toma tu taza (con boca lo suficientemente ancha como para contener bastante tierra) y coloca sustrato húmedo dentro de ella. Deberás hacer un hoyo con tu dedo y colocar allí la semilla germinada, cubriendo con un poco de tierra pero sin tapar del todo ni compactar. Luego, riega un poco y coloca la taza con tu futura planta en un lugar con suficiente luz solar.
Para poder cuidar tu pequeño limón tendrás que tener en cuenta algunas pautas, no muchas. El riego deberá ser constante pero muy leve. No hay que encharcar la taza. Si pudieras, lo ideal sería que a la taza le pudieras hacer un pequeño orificio debajo para que tenga un buen drenado, aunque sabemos que no seriá tarea sencilla. Y después, como ya te dijimos antes y también sucede con los limoneros de jardín, para que crezca con fuerza necesitará suficiente sol durante el día.