En cada hogar, la limpieza es un acto indispensable para que no se ponga en riesgo la salud de aquellos que viven en ese espacio. Por cuestiones físicas y oftalmológicas, no se pueden ver los gérmenes de cada esquina, pero sí podemos enfocarnos en los objetos que contienen millones de estos.
Muchos de estos tienen con presencia de gérmenes son timbres, puertas o llaves, pero hay algunos de estos que tienen más de ellos. Según estudios científicos, los agentes biológicos conviven y proliferan en óptimas condiciones dentro de la esponja de la cocina de una forma que poco se conoce.
Para entender bien esto debemos saber que cada centímetro cúbico de una esponja contiene hasta 120 bacterias de 75 familias diferentes. Con el objetivo de evitar la multiplicación de los gérmenes, se aconseja escurrirla tras el uso y desinfectarla como mínimo dos veces por semana.
Otro objeto que está al alcance de todos es el teléfono celular, que alberga millones de bacterias y gérmenes debido a que no solo lo usamos en el hogar, sino también fuera de éste. Según los expertos, un teléfono celular es mucho más sucio que la suela de un zapato.
Al igual que el cepillo de dientes que es un objeto riesgoso y plagado de gérmenes y bacterias por eso para evitar estos riesgos es fundamental garantizar la limpieza antes y después de cada uso. Los cepillos de dientes se pueden limpiar con bicarbonato de sodio, los especialistas recomiendan cambiarlo cada 2 meses, más allá de que las cerdas estén desgastadas o no y en caso de guardarse en el baño, deberá hacerse dentro de un estuche.