A la hora de descansar es fundamental contar con un buen colchón. Esta decisión puede contribuir a mejorar nuestra calidad de descanso y tiende al bienestar general. Pero, no basta con un buen colchón, sino que tenemos que adquirir hábitos para mejorar su rendimiento y garantizar su adecuado mantenimiento. A continuación, van unos consejos para que disfrutes de tu descanso y mantengas bien cuidada tu cama.
Un factor fundamental en el cuidado y mantenimiento de un colchón es la ventilación. Si el colchón es nuevo, lo más recomendable es sacarlo de su envoltorio y dejarlo durante un período mínimo de dos horas para facilitar su ventilación antes de comenzar a utilizarlo. Lo mismo se debe realizar a lo largo del tiempo ya que su uso hace que tome olores y se ensucie. Por ello, se aconseja sacudirlo y airearlo un mínimo de diez minutos cada día o al menos una vez por semana.
Otro punto fundamental para el mantenimiento es girar el colchón. Hacerlo ayudará a reducir el desgaste y a conservar la estabilidad de su estructura. Para evitar que el colchón presente un deterioro rápido, se indica que lo ideal es voltear el colchón 180 grados por lo menos una vez cada 6 meses para evitar hundimientos con el peso de la persona. También se puede girar de pies a cabeza.
A medida que el colchón se utiliza, va adquiriendo contacto con el polvo, fluidos o sudor de forma natural. Pero, es posible evitar este tipo de filtraciones a partir de una funda protectora al momento de conseguir la almohada. Además, es preferible optar por modelos elaborados de algodón al 100% porque favorecen la transpiración y son más fáciles de lavar. Para garantizar el mantenimiento del colchón, la limpieza es fundamental. Esto debe ser un hábito ya que los colchones acumulan con el paso del tiempo una gran cantidad de ácaros y polvo que pueden ser potencialmente peligrosos para la salud.
Por último, existen algunas medidas preventivas que debemos tener en cuenta como parte del proceso de mantenimiento del colchón. Podemos indicar algunas como no humedecerlo a lo largo de los procesos de limpieza y evitar el uso de cualquier sustancia química. No plegarlo o doblarlo así evitamos deformaciones. No exponerlo a temperaturas elevadas, como por ejemplo la de la plancha porque se puede quemar o deteriorar. Por último, hay que evitar saltar sobre el colchón porque esto puede generar daños sobre su estructura.